¿A un psicólogo? ¿Yo? ¿Para qué?

Durante la carrera tuve un profesor de psicología social que a menudo decía que lo que él enseñaba era algo de sentido común.

Eso sonaba un poco a timo. ¿Para qué estábamos aprendiendo algo que era de sentido común? ¿Acaso no podríamos aplicar nuestro sentido común en lugar de estar gastando el tiempo (y el dinero) en la universidad, escuchándolo a él?

Rogier van der Weyden [Public domain], via Wikimedia Commons

En muchas ocasiones he escuchado a personas comentar lo mismo sobre tener una sesión con un psicólogo.

¿Para qué voy a ir a un psicólogo? Lo que me diga un psicólogo ya lo sé yo.

Efectivamente, no te vamos a decir nada que no sepas.

Pero, si prestas atención, te darás cuenta de lo poco útil que resulta decirle a una persona triste «no estés triste» o, a alguien con ansiedad, «no te preocupes». ¡Pues vaya gracia! ¡Claro que para no estar triste lo que tengo que hacer es no estar triste! ¡Y para no preocuparme, pues debo no preocuparme!

Lo que quizá no hayas pensado es que la labor de un psicólogo no es decirte que no te preocupes, sino ayudarte a que aprendas qué hacer con esa preocupación. Tampoco es decirte que no estés triste, sino ahondar en esa tristeza y ver por qué es tan difícil de soportar y de hacer que no se repita cada dos por tres.

No, la función de un psicólogo puede ser, y es lo que intentamos en erencia|psicología, ayudarte a ver el detalle. Señalar con el dedo esa pequeña parte de tu realidad que se te ha pasado porque estás dentro de la situación y, desde dentro, no se ve tan claro.

La formación y la experiencia de un psicólogo pueden ayudarte a centrar tu mirada en ese detalle que te ha apartado de una solución durante tanto tiempo. Dos cerebros piensan mejor que uno y si, además, uno de ellos tiene la formación y la experiencia necesarias, mejor que mejor.

Ah, no terminé la historia de mi profesor en la universidad. Decía siempre «lo que yo enseño es de sentido común…»

Lo interesante es que siempre añadía «… pero el sentido común es el menos común de los sentidos».

Bien, ahora la pregunta: ¿en qué podemos ayudarte?